"Fue un gusto hacer contacto" Crónicas - Parte 5






SOLO INFORMACIÓN

     Mamá empezó a vomitar todos los fideos de la cena.
El extraterrestre que se encargaba de las muestras, terminó de defecar y se comió los fideos recién vomitados. Después se puso a anotar un par de cosas.
Mamá sintió un asco terrible y se puso a gritar, a escupir y a arrancarse los pelos. Al verla así, un extraterrestre sacó, de entre sus calzas negras, una pistola con pantalla y apuntó hacia a mamá. Los demás, que habían terminado de hacer sus abundantes necesidades y se habían limpiado con una máquina que hasta les secaba el culo, lo miraron como esperando.
        El de la pistola dijo:
    —Posibilidades de ataque de histeria, pánico, shock, rabia, entre otros porcentajes bajos.
    — ¿Dolor? —preguntaron al unísono los otros.
    —Sí, mucho sufrimiento.
        Recibida la información, le cortaron la cabeza a mamá y desintegraron el resto del cuerpo. Extrajeron el cerebro y lo ubicaron en una cápsula.
La cabeza de mamá fue arrojada por uno de los tubos-inodoro (para los interesados por el destino de la cabeza de mamá: fue encontrada por un chico que vagaba hacía dos meses por las rutas de Buenos Aires. Había escapado de su casa después de que lo diagnosticaran erróneamente con un cuadro esquizofrénico. Cuando vio caer la cabeza de mamá en medio de una zanja, se convenció de que el diagnóstico había sido acertado y que su escape ya no tenía sentido. "No sé puede escapar de lo que llevamos adentro", concluyó antes de pegarse un tiro. Los animales carroñeros devoraron la cabeza de mamá y el cuerpo del joven en menos de dos días).
       Los extraterrestres se ubicaron en una ronda perfecta y uno de ellos comunicó los datos adquiridos del cerebro de la humana. Tuvieron que omitir la información universitaria y gastronómica, las lecturas clásicas, y la basura de los programas de chimentos y telenovelas. Les llevó 15 minutos encontrar lo único que necesitaban saber:

        El dinero estaba en los bancos.

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